Apadrinamiento escolar de niños en Katungulu (Uganda)

En Uganda todos los colegios son de pago, tanto públicos como privados, y es obligatorio el uso de uniforme. A pesar de que las tasas en los colegios públicos son más bajas, son muchas las familias que no tienen los recursos suficientes para escolarizar a sus niños. La finalidad de esta acción es contribuir con la escolarización de los niños de la aldea de Katungulu, bajo el marco de Kitega.

En Katungulu, donde la mayoría de sus vecinos viven de la agricultura, no había ningún colegio, por lo que los niños tenían que recorrer 5 peligrosos kilómetros entre largos campos de caña de azúcar y donde se produjeron varios secuestros para poder acudir a clase. Debido a esto muchos niños no iban a clase. La comunidad no podía permitir esto, así que se movilizó para construir su propio colegio. Al principio utilizaron la iglesia local para dar clase y con el tiempo y con la ayuda de la ONG Kitega CC construyeron el colegio que es hoy en día y al que acuden alrededor de 220 niños y niñas. Además, Kitega contribuye aprovisionando al colegio de material escolar y comida entre otras cosas.

Miradas

La presbicia o vista cansada es un defecto que se debe a la pérdida de elasticidad del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar las imágenes a diferentes distancias, esto es lo que provoca la dificultad para ver de cerca con nitidez.

Se trata de un proceso de degeneración natural del ojo que se manifiesta a partir de los 40-45 años.

Esta es la definición que uno aprende cuando estudia la carrera y a todos nos viene rápidamente a la cabeza la imagen de una persona mayor alejándose algo para poder leerlo o buscando en el bolso las típicas “gafas de farmacia.”

Sabemos que es un problema muy común con una solución muy fácil: gafas de presbicia.

Lo que nunca se planteó Cristina, ni durante mis estudios ni durante mis primeros años trabajando en el sector, es que este problema afectaba por igual a todas las personas del mundo.

Así es que, la primera vez que viajó a Uganda se encontró con esas mujeres que le decían que ya no podían coser, a los hombres que no podían leer la biblia… en definitiva, se acercaron a ella todas esas personas con dificultades para desarrollar tareas de cerca, un hándicap que les limitaba mucho y que tiene esa fácil solución: gafas de presbicia.

Así comenzó nuestro proyecto “Miradas”.

Al principio llevábamos gafas de gente que donaba las que no usaba, luego decidimos buscar la forma de obtener recursos para poder llevarlas nuevas, puesto que, una gafa de prebiscia cuesta apenas unos euros y, gracias a eventos solidarios hemos conseguido llevar llevar gafas para mucha gente. Actualmente colaboramos con el centro de reciclaje de gafas Melvin Jones, para poder llegar a cuanta más gente mejor.

Poco a poco ampliamos el rango y hemos conseguido llevar gafas no solo a présbitas sino a todo aquel que las haya necesitado.

Entre 2017 y 2019 hemos llevado más de 1000 gafas a diferentes comunidades.

Nuestro objetivo es poder hacer revisiones de forma periódica y regular, detectar defectos en la visión y las patologías más comunes.

Fomento de modelos agroecológicos en Uganda

Uganda ha contado tradicionalmente con unas condiciones favorables para el desarrollo de la agronomía, siendo este el sector que más empleabilidad proporciona en el país. Los problemas principales que presenta la agricultura son la falta de formación especialización, un agotamiento del suelo, un abuso de productos fitosanitarios, dependencia de las semillas y un incremento en los últimos años de plagas y enfermedades, a los que se le suma la incertidumbre que provoca el cambio climático.

A pesar de las buenas los efectos del cambio climático no han pasado desapercibidos, y la influencia de los cultivos foráneos sin conocimientos técnicos ha derivado en un empobrecimiento del suelo. La dependencia de las semillas y un uso incontrolado de los productos fitosanitarios para combatir las plagas y enfermedades no han ayudado en su desarrollo.

Como consecuencia, se obtiene una falta de calidad en la producción de los cultivos que a su vez deriva en la inseguridad alimentaria, un déficit de nutrición y una dificultad para salir la pobreza. El país se enfrenta a estos retos principalmente en las zonas rurales donde, además, hay un gran índice de desempleo juvenil.

La dificultad de para difundir la información y el difícil acceso a una educación especializada ha sido la principal falta de desarrollo de la agronomía.

En este contexto, la agricultura biológica supone una oportunidad de mejora de las pequeñas explotaciones familiares, para garantizar la agricultura de subsistencia en las áreas rurales. Una mejora de las producciones permitiría, además de mejorar la alimentación y la nutrición, comercializar los excedentes mejorando la calidad de vida de las personas. Para mejorar la producción es necesario conocer conceptos básicos de fisiología, edafología, y fitopatología, con el fin de que los agricultores puedan tomar sus propias decisiones.

Desde 2017 y gracias a la colaboración de algunos socios de Expedición Solidaria, se inició una colaboración con los agricultores locales con el fin de estudiar los modelos de producción y aprovechando sus conocimientos, encontrar las técnicas que les permitan mejorar sus producciones. Durante 2019 y 2020 el proyecto cuenta con financiación de la Universitat Politècnica de València con el proyecto Adsideo del Centro de Cooperación al Desarrollo.

Publicación del libro «Cada Silencio Nace una Palabra Muerta»

Ediciones Solidarias es un Sello editorial especializado en libros cuyas publicaciones dedican el 100% de lo recaudado en las ventas a proyectos humanitarios. Gracias a su iniciativa se escribió este libro con la colaboración altruista de 27 autores. Expedición Solidaria destina íntegramente los donativos para la adquisición del libro, al proyecto Kitega.  Los gastos de la edición fueron asumidos al 50% entre la Obra Social La Caixa y la marca de periféricos Mars Gaming de la empresa Biomag, S.L.

Sobre el libro:

Este volumen reúne una muestra fiel y representativa de la literatura contemporánea de una buena parte de Iberoamérica. Sus autoras y autores, procedentes de Argentina, Chile, Colombia, Cuba, España y México, nos cuentan historias cargadas de emoción, situaciones pintorescas y personajes inolvidables, todas ellas extraídas de sus universos particulares y articuladas a través de un uso del idioma español, rico y variado.

Además, la adquisición de este libro constituye un abrazo solidario al proyecto Kitega, en Uganda, organización beneficiaria del total de las ventas. Una magnífica forma de demostrar que el amor por la literatura es también amor por las personas con menos recursos. Es amor por la vida.

El proyecto de este libro se gestó una madrugada en una conversación por Skype entre Dany Campos, editor del libro y Jorge Leroux, poeta mexicano creador del título del libro y autor del relato que cierra el libro. Ambos tenían enormes deseos de encarar un proyecto juntos. A la pregunta de cómo ha sido la realización del libro, Dany Campos responde: «Ha sido sencillo en lo relativo a buscar y convencer a los autores y autoras del proyecto: desde el primer momento de la propuesta nadie dudó ni un segundo en participar. Sin embargo, el desarrollo de los relatos ha tenido el handicap de que hasta que un autor no acababa su trabajo no podía empezar el siguiente, al estar todos los relatos encadenados por la primera y última frase. Y esta es otra peculiaridad del libro que lo hace tan especial, está escrito en forma de cadena de modo que todos los relatos están unidos con el anterior, ya que la última frase de un relato, es la primera frase del siguiente.

Declaraciones de algunos de los autores del libro: Siendo tan importante para el público ¿Qué pensáis que puede aportar esta obra al lector?

• María Ángeles López de Celis: A mi juicio, considero que es una buena oportunidad de disfrutar de una antología de relatos breves, género muy demandado actualmente, cuyos autores, de habla hispana, pero verbo variopinto, se han unido bajo el paraguas de la literatura en pro de una buena causa. Estoy segura de que hablo también en nombre de mis compañeros, si afirmo que para todos nosotros ha sido una experiencia literaria y personal de esas que merece la pena vivir. Espero que para los lectores también.
• Mari Luz Bravo: Desde luego, muchas cosas. En primer lugar, es un libro en el que el disfrute y el entretenimiento están asegurados. Cuenta con 27 historias diferentes en cuanto a temática, extensión, sensibilidades… Somos muchos autores, y eso le confiere una gran riqueza. Por otro lado, le va acercar a una realidad en Uganda que es la que nos ha unido a todos. Saber que con la compra y lectura están siendo de ayuda para tantos niños y familias que lo necesitan, es muy satisfactorio.
• Agustín Martínez: Este libro es un viaje no sólo por diferentes sensibilidades, también por diferentes géneros y temáticas. Además de ser una muestra de lo ecléctica que es la literatura hispanoamericana, creo que es un libro que entretendrá al lector, sorprendiéndolo relato a relato.

¿Con qué os quedáis tras este proyecto? Respuestas de los autores

• Agustín Martínez: Normalmente se dice que la literatura transforma la realidad. En este caso, esta transformación no puede ser más directa al ir el dinero de cada libro a una ONG. Creo que ésa es la parte fundamental de este proyecto y con la que me quedo.
• Mari Luz Bravo: En mi caso, con las personas que he conocido vinculadas al proyecto, con la experiencia de haber trabajado con autores tan diversos y con la satisfacción una vez más, de saber que, con nuestras letras, estamos ayudando a construir algo nuevo y muy bueno.
• María Ángeles López de Celis: Este libro, por su idiosincrasia, ha tenido un largo recorrido y ha supuesto todo un reto que se ha hecho realidad gracias a la férrea voluntad de Dany Campos. Él es el alma de este trabajo y bajo su paraguas nos colocamos un día y lo volveremos a hacer si surge la ocasión. El mundo del siglo XXI solo se mueve dentro de los parámetros del materialismo radical, y es necesario aportar un poco de generosidad y justicia, con nuestros gestos y nuestras actitudes, a esas existencias agónicas que llevan cientos de miles de seres humanos sobre la faz del planeta. Ojalá consigamos el objetivo con el que nació este proyecto que no es otro que aportar un grano de arena económico que contrarreste tanta miseria y tanto dolor. Porque nuestro cariño y nuestro respeto ya lo tienen. Con eso me quedo.
• Dany Campos: Sin duda, con las sonrisas de las personas beneficiarias de la comunidad Kitega.